Dices adiós y no puedo evitar
el pedirte a cambio un “hasta mañana”,
porque ya el efecto de la separación
aniquila mi esperanza.
El momento de la despedida,
es un minuto de miel amarga.
La ambigüedad del desencanto
y la ilusión de volverte a ver
de regreso a mi, y yo a ti encaminada.
Tu ausencia en mi vida
es más que castigo, es muerte
que no está justificada.
Adiós y todos sus sinónimos,
son vocablos que con tus besos
algún día desaparecerán del diccionario.
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