Amiga,
tienes un manantial de razón
emanando por tu boca.
Nunca había estado así,
en una dualidad lógicamente imposible,
caminando por el cosmos
y, a la vez, volando en el subsuelo.
Jamás, mi boca se había conformado
con pronunciar un solo nombre.
Ni mi almohada
había cosechado tantos sueños
del mismo hueso.
En la vida dije tantos “te quiero”,
encontrando diferente cada uno de ellos.
Ninguna vez extravié la arena del reloj,
ni el calendario, por tanto tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario