No creas lo que ha dicho mi boca alcoholizada,
no pensaba
robarte un beso, ni hacerte el amor,
mucho menos
seguirte queriendo.
No fue el
tequila lo que me dio valor,
sólo fue un
agonizante segundo intento,
para probar de
tus labios el sabor.
Más no mendigo afectos,
tengo claro que
los ídolos de barro
de a poco se
van desvaneciendo.
Entre nosotros,
cada hoja del calendario
va dejando
claro lo único que somos.
A veces sólo
necesito pretextos
para que la
inspiración llegue al cuaderno
y las palabras
transmuten sentimientos.