Dice la gente que no somos más que amantes.
Les concedo razón, es verdad,
porque no podemos ocultar el amor
cada vez que tropiezan nuestros ojos
con miradas clandestinas y disimuladas.
Porque esperamos los instantes oportunos,
para hablarnos de secretos de la piel
que alguna vez nuestros poros se contarán.
Amantes somos,
porque lo que hay entre nosotros,
no se puede reducir a liviandad carnal
de acciones disolutas y desenfrenadas.
Si en cada fibra se percibe
la sutileza del mundo espiritual,
que en la atracción mutua nos redime.
Quiero ser tu amante día tras día,
hasta que no haya más fechas por vivir,
y los ciclos de nuestras almas nos lleven
a tiempos paralelos donde volvamos
otra vez por este amor a coincidir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario