Te hablaré de mi, para crear un vínculo mayor;
de mis manías, de mi anómala forma de pensar,
razón por la que muchos juzgan mi vivir;
fortaleza que me anima a continuar.
Reconozco que tu presencia en mi,
es causa circunstancial,
mas no por ello me abandona la impaciencia
de que vuele el tiempo
y pueda dormirte en mi regazo, hoy tu hogar.
Nunca ha sido mi pensar
que El nos haya creado sólo para concebir;
que el sueño de toda mujer
tenga su sostén en ser madre
para tener motivo suficiente y cuentas por rendir.
¡Ah, pobres mujeres!
Que no son tal, si no tienen criatura que arrullar,
un hombre junto a quien cuidar.
La vida es más que simbolismos prejuiciosos
de la fútil conciencia social.
Nada de eso resta a mi amor por ti,
porque desde tu primer soplo
eres causa de amor maternal;
de guerra femenina contra el tópico absurdo
que hace de cada milagro parecido
una obligación social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario