29 de marzo de 2010

PLEGARIA

Te pido:
palabras dulces que emanen de mi boca;
paciencia fluyendo de mis poros;
color ternura en el iris de mis ojos;
manecillas de indulgencia en mi reloj de vida;
manos que curen cualquier herida;
brazos que se extienda por los mares
para dar consuelo;
un hombro hospitalario
para las lágrimas que no puedan evitarse.

Te ruego por
repetidos momentos de alegría;
por historias hermosas que contar en el futuro;
por entusiasmo para corretear
sus pies ligeros tras el viento;
por valor para luchar contra monstruos
que irrumpen los sueños;
por ímpetu para ser corcel
del guerrero más gentil del universo.

Te suplico Creador,
bendiciones eternas
para el príncipe de mi corazón
gladiador de mis miedos.

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