5 de marzo de 2011

EL MISMO CIELO

Llegaste cuando fui pavesas;
con paciencia y ternura
avivaste mis cenizas,
resurgiendo del fuego nuevo
un corazón renacido.

Un beso dado antes del brutal finito
retoñaba en mis labios
exigiendo el espíritu de tu saliva,
nuestras bocas selladas
multiplicaban ese inicio.

Reciclaste los escombros
para hacerme alas,
viste de cerca
el principio de mi volar;
hoy surcamos juntos
el mismo cielo.

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