25 de marzo de 2011

INFINITUD

Hoy, el horizonte
me trajo tu recuerdo,
tu silueta desnuda de rutina,
plena de inusuales.
El albor tentó mi frente,
como en aquella tarde de jueves,
pero hacían falta tu voz afanosa
leyéndome poemas
que hablan de nosotros;
y tus besos discontinuos
como añadiendo verdad
a tus palabras.

Esta tarde, llueven a vendavales
los momentos de ayer;
hay cierto aire de nostalgia,
que entreteje soledad en mi cabello;
la sombra de tu faz,
en la noche de mis ojos, delineada.

Años luz entre tus brazos y mi espalda,
si acaso una micra de segundo
en lado intangible nos separa.
El crepúsculo con el ángelus me avisa
que la madrugada traerá consigo
otra ocasión más para adorarnos.

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