Somos dos locos
llorando lágrimas de amor
en contraesquina.
Noche de oscura soledad
iluminada con falsa luz,
destellos de orgullo.
Aun cuando nuestro aliento
comparta el mismo espacio,
nuestros ojos cegados
por la estupidez
fingen no mirarse, ni encontrarse.
Te veo por ahí,
arrastrando los pies
y veo mi andar en el tuyo,
igual que tú, no hablo.
Par de tontos,
que prefieren morir
antes que dar el primer paso.
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