Y si hoy cuando despierte,
después de haber
llenado mi noche
de tu recuerdo;
después de colmar
mi mañana de pensarte;
engancho mi valor
a las palabras
y voy en busca de ti.
Si hoy le cierro la puerta
a la vacilación,
derribo las murallas
de mis miedos,
dejo en el
resquicio
lo que no soy
para pararme
frente a ti
y pedirte un beso…
¿Un beso?...
¡Qué conformista!,
¡no!, quiero ciento de ellos.
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