9 de septiembre de 2007

DESDE AYER

Desde ayer dividiste mi vida
con un puente de quimeras
casi imposible de cruzar.

Padecí en mis huesos
la ironía de la vida;
cuando quise escapar, era tarde.

Se cumplió la profecía de mis sueños,
tú y yo, hablándonos de amor,
de “eso” que existe entre nosotros.

¿Nosotros, dije? Si, pero parece
que hablara de aire en una botella
¿Quién puede palpar las emociones?,
aunque sean tan evidentes.

Desde ayer mi vida está partida
entre deseos, convicciones y prejuicios;
en tanto, habitas con más insistencia en mi
como burlándote de mis desvaríos.

El segundero, acompasado
sutilmente a mis pensamientos
sugiere apurar mi decisión.

Mis labios secos
desean humedecerse en tu boca;
tus ojos de sombra,
amparan con vehemencia mi mirada;
sigues así, inundándolo todo
en mi existencia.

Desde ayer he muerto en tus palabras
sin pretender revivir,
sin embargo, sé que esperas la respuesta,
si la causalidad me asiste,
entonces te diré que …

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