Quién te dijo que las alas sólo sirven para levantar el vuelo,
que las manos sólo acarician y no se usan para hablar.
Quién te dijo que aún la voz más potente
no la puedes enmudecer;
que el susurro más silente no lo puedes percibir
incluso en la distancia, tras la roca o el metal.
Quién te dijo que lo sueños
nunca contraen nupcias con la realidad.
Que algún día ya no habrá más soles, ni planetas
ni un mundo que habitar.
No respondas la pregunta,
pues lo que en verdad interesa
es si lo crees.
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