Tu mirada abre sus alas azabache
para volar en el cielo de mis ojos,
me esquivas súbitamente, después,
tus labios me regalan su sonrisa.
Hay un muro invisible entre nosotros
que se vuelve de almíbar si te acercas,
lluvia tibia de palabras endulzadas
mojan mi alma, campo de ilusiones florecidas.
En silencio quiero llegar hasta tus brazos,
echar raíz en medio de tu pecho
tomar de ti lo que he soñado
dejarte una mitad de mi para el recuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario