A veces
me paro
en el
filo de las manecillas del reloj,
justo
cuando forman un ángulo similar
al
regazo de la luna.
¿Me
pregunto en dónde estaría?
¿Qué
acciones ocuparían mi tiempo?
Navego
por mareas azules de pasado,
que
golpetean como olas de tormenta
la
barcaza de mi historia
y
provocan sonrisas de mil formas y sabores.
Camino
de puntillas por recuerdos,
procurando
no hacer ruido
para
dejar dormir al corazón.
Se llena
mi cántaro de imágenes
de lo
que pudo ser
y jamás
sabré cómo sería…
Entonces,
tu respiración
me
arranca de mi ausencia,
y la
sonrisa que siempre incitas
se
dibuja bajo la mirada de ternura.
Úrgeme
tocar tu piel,
besarte
dejando el corazón
en cada roce
de mis labios,
decir te
amo,
dar
gracias al Creador
por
enviarte a mi lado.
Y no hay
feliz pasado
ni
prometedor futuro
que
pueda competir
con el
presente que vivo
cuando
te puedo tener entre mis brazos.
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