20 de noviembre de 2013

HERMOSO

Cuando te digo hermoso,
no me refiero a tu piel, ni a tu pelo,
tampoco a esos ojitos;
a ningún rasgo de faz ni de tu cuerpo.

Es mas bien, por tus miradas
que sin sonidos me nombran mamá;
Porque a pesar de tu corta edad,
cuando te reclino sobre mi pecho,
te quedas quieto y tus bracitos
son collares de diamantes en mi cuello.

Porque despiertas cada día
Como un milagro constante pero nuevo.
Una sonrisa tuya
basta para hacer añicos
las cadenas terrenales de lo cotidiano,
las futilesas del ajetreo laboral,
en resumen, cualquiera de mis miedos.

Te digo hermoso,
porque cuando velo tu sueño
distingo perfecto
la grandeza del Creador
que puso en cada uno de tus gestos
un poco de mi y un poco de él,
te empacó en mi útero
para darme el regalo perfecto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario