De pronto, entre las pausas y silencios,
entre la ausencia y el desapego
me di cuenta bien de lo que quiero.
Esperaré por alguien
que no remilgue su tiempo;
que pueda enviarme mensajes
dos tres veces al día;
que no tema mostrarme su amor,
ni sienta por ello desasosiego.
Esperaré por alguien
con quien pueda unir no sólo los sueños,
también la vacilación y los miedos.
Mientras estoy en la espera,
saciaré la sed de mi piel
con el recuerdo de tus labios
prodigándole besos.
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